CUANDO LA IMAGINACIÓN NAVEGA
Carlos Hugo Jiménez
Hace un año me 'embarqué' en la gran aventura!!! Y fue a través de la magia literaria del antropólogo y explorador botánico Wade Davis. Él, con una sapiencia extraordinaria hizo que mis pies pisaran el fantástico mundo de la selva amazónica!!! Ese "tiquete' de más de 640 páginas me otorgó el derecho, no solo de conocer la vida y obra de Richard Evans Schultes, otro de los inmensos exploradores de regiones vírgenes, sino de la Sierra Nevada de Santa Marta, pero sobre todo de los ríos, lagos, lagunas, ríadas, manglares, culturas indígenas, otros grupos nativos aún (por fortuna) blindados al mundo injusto e indiferente. El río, así se llama la obra de Davis, escudriña los secretos magníficos, en ocasiones inverosímiles, pero tan realistas que arrugan el alma, unas veces de emoción, otras de amargura y dolor como cuando describe la trágica desaparición de Timothy Plowman, quien no alcanzó a emular las gestas de Schultes.
En alguna de esas 'estaciones' Davis se atreve a contar en detalle el papel del caucho en una etapa tan trascendental para el mundo como fue la Segunda Guerra Mundial y más adelante, el descubrimiento de la coca, la planta de la inmortalidad para los incas. La coca no es el monstruo satánico que desde décadas nos han pintado. Es otro cuento y un cuento fundamentado en las creencias de quienes acudieron a sus bondades con el propósito de mitigar ansiedades humanas y contribuir con los avances en la medicina. Los carteles y las mismas autoridades que dicen luchar contra el delito, se han encargado de recrear, alrededor de la coca, la historia fatal.
Gracias Davis por ponernos esa alfombra verde y poder ingresar a una de esas malocas que describes con maestría y conduce a creer que el paraíso está más cerca de lo que pensamos!!! Pero como en todo relato épico, no faltan los 'villanos'; quizá la malaria que estuvo a punto de acabar con Schultes, las culebras venenosas, el recelo de algunas tribus o la burocracia, la maldita burocracia que causa más daño que cualquier caimán negro, impactaron en el curso normal de los episodios que la pluma endiosada de Davis va trazando en un recorrido inmenso, fabuloso, emotivo, maravilloso. Debo anotar que ese 'boleto' de viaje me lo obsequió hace poco más de un año el gran Kike Patiño, uno de nuestros guías en estos ejercicios de escritura. EL RÍO te lanza al misterio de la selva amazónica.
